Todo se puede mejorar. Ese es un buen lema para enfrentarse a la vida en lo personal y lo profesional. Sin embargo, a veces lo llevamos demasiado lejos. ¿Qué pasa cuando el perfeccionismo no nos deja avanzar? Cuando trabajamos para nuestros clientes, tenemos una fecha de entrega inamovible y sabemos asumir que el proyecto deberá estar listo para entonces con la máxima calidad. Pero si el trabajo es para nosotros, para nuestra propia empresa, las cosas cambian. A veces queremos hacer algo tan original, innovador y absolutamente perfecto que acabamos procrastinando la fecha de lanzamiento indefinidamente. Tanto, que al final puede que ni siquiera hagamos nada.

¿Has formado parte alguna vez de esa espiral de tareas inacabadas? En lo que se refiere, por ejemplo, a la creación de una web para la empresa hay toda una “tribu del posponer”. De hecho, he llegado incluso a ver ese problema en marcas que han externalizado el trabajo y han pagado una buena suma por él. Hay muchas páginas web que se hacen viejas antes de ver la luz.

La pregunta es por qué nos pasa esto, por qué preferimos no hacer nada antes que hacer algo menos perfecto. ¡Ojo! No digo mediocre, tan solo un poco menos perfecto de lo que habíamos previsto en nuestra imaginación. Piénsalo. Yo creo que, en realidad, lo que nos pasa es que tenemos miedo y falta de confianza en nosotros mismos, así que somos bastante duros juzgándonos.

Introducción:

La búsqueda constante de la perfección es un rasgo admirado en nuestra sociedad. Sin embargo, para muchos, este deseo de alcanzar la excelencia puede convertirse en una trampa paralizante conocida como «procrastiperfeccionismo«. En este post, exploraremos cómo el perfeccionismo puede llevarte a procrastinar y cómo puedes romper este ciclo destructivo para recuperar la productividad y el bienestar.

¿Qué es el procrastiperfeccionismo?

El procrastiperfeccionismo es el acto de posponer tareas o proyectos debido a la creencia de que nunca estarán a la altura de los estándares exigentes que uno se impone. En lugar de avanzar en las metas, te quedas atrapado en la fase de planificación o perfeccionamiento constante, impidiendo que la acción se materialice.

Cómo el perfeccionismo alimenta la procrastinación:

  1. Miedo al fracaso: El perfeccionismo puede hacer que temas el fracaso o la crítica, lo que te lleva a evitar comenzar una tarea por miedo a no cumplir con tus propias expectativas o las de los demás.
  2. Autoexigencia extrema: Establecer estándares inalcanzables puede generar ansiedad y evitar que te sientas satisfecho con tu trabajo hasta que cumpla con esos estándares, lo que prolonga innecesariamente el proceso.
  3. Sobreanálisis: La búsqueda constante de la perfección puede llevarte a analizar en exceso cada detalle, lo que te impide avanzar hacia la finalización de la tarea.
  4. Falta de motivación: La tarea parece tan abrumadora y exigente que la motivación inicial disminuye, lo que resulta en una mayor postergación.

El perfeccionismo puede llevar a la procrastinación, lo que puede ser perjudicial para el trabajo, la vida personal y la autoestima. Si te encuentras en este ciclo, aquí hay algunos consejos para romperlo:

  • Reconoce el problema: Acepta que el perfeccionismo te está impidiendo avanzar en tus proyectos.
  • Organiza tu tiempo: Planifica tu día y deja espacio para los proyectos de tu negocio. Cumple con el tiempo que te has marcado y no lo pospongas.
  • Sé valiente: Confía en ti mismo y en tus habilidades. Busca la perfección en tus proyectos, pero aprende también a reconocer tus éxitos y siéntete orgulloso de ellos. Pierde el miedo y recuerda que todo tiene solución.
  • Sé consciente de tus pensamientos perfeccionistas: Es crucial ser consciente de las voces y pensamientos perfeccionistas en tu cabeza. Escribe pasos simples y realistas para avanzar en tus proyectos.
  • Crea rutinas saludables: En lugar de centrarte en avanzar, crea rutinas más sanas que te hagan sentir mejor contigo mismo y con tu trabajo[2].
  • No te rindas: El perfeccionismo y la procrastinación son dos caras de una misma moneda, así que ten paciencia y no te rindas. Recuerda que puedes superar este ciclo.

Rompiendo el ciclo de procrastiperfeccionismo:

  1. Establece metas realistas: En lugar de aspirar a la perfección absoluta, define metas alcanzables y realistas para cada tarea. Reconoce que el progreso es más importante que la perfección.
  2. Acepta la imperfección: Aprende a aceptar que el trabajo nunca será perfecto y que los errores son oportunidades para aprender y crecer.
  3. Establece límites de tiempo: Asigna un tiempo específico para cada fase de la tarea, incluido el perfeccionamiento. Esto te ayudará a evitar caer en un ciclo interminable de ajustes.
  4. Celebra el progreso: Reconoce y celebra los logros, incluso si no cumplen con tus expectativas iniciales. Esto fortalecerá tu motivación y reducirá la procrastinación.
  5. Practica el autocuidado: La presión del perfeccionismo puede ser agotadora. Dedica tiempo a cuidar de ti mismo, lo que te ayudará a reducir la ansiedad y el estrés asociados con la procrastinación.

Conclusión:

El perfeccionismo puede ser un obstáculo para la productividad y el bienestar. Al reconocer cómo puede llevar a la procrastinación, puedes tomar medidas para romper este ciclo y avanzar hacia tus metas de manera más efectiva. Recuerda que el progreso es más valioso que la perfección, y que cada paso que das te acerca más a tus objetivos.

Lectura aconsejada

Cuando el perfeccionismo te hace procrastinar
Cómo romper el ciclo del perfeccionismo

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