La icónica gabardina de Burberry, símbolo de elegancia británica y compañera de soldados en las trincheras de dos guerras mundiales, esconde una paradoja oscura: mientras su imagen evoca durabilidad y herencia, la marca ha convertido la destrucción de su propio exceso en una práctica sistemática. En 2017, Burberry incineró $33.7 millones USD en ropa, accesorios y perfumes no vendidos. Pero esto no fue un incidente aislado: en solo cinco años (2013-2018), la empresa destruyó mercancía por valor de $116.8 millones USD (BBC, 2018). Esta estrategia, diseñada para proteger el «valor exclusivo» de la marca, no solo es éticamente cuestionable, sino un síntoma de un cáncer mayor en la industria de la moda: la sobreproducción masiva y su huella ecológica catastrófica.
El Secreto Sucio que Greenpeace Denunció
Grupos ecologistas como Greenpeace reaccionaron con indignación. Lu Yen Roloff, activista de la organización, señaló a la BBC:
«A pesar de sus altos precios, Burberry no muestra respeto por sus propios productos ni por el arduo trabajo y los recursos naturales que se utilizan para fabricarlos. La cantidad cada vez mayor de sobrantes apunta a la sobreproducción, y en lugar de frenarla, incineran la ropa en perfecto estado. Es un secreto sucio de la industria».
Burberry no es la única. Marcas como Nike, H&M y Louis Vuitton han admitido prácticas similares, aunque ninguna a escala tan masiva. En 2018, Burberry anunció que cesaría la quema de productos tras la presión pública, pero el problema estructural persiste: la moda produce 150 mil millones de prendas al año, y el 30% jamás se vende (Ellen MacArthur Foundation, 2017).
La Moda: Un Monstruo Ambiental con Datos Escalofriantes
La destrucción de stock es solo la punta del iceberg. La industria textil es la segunda más contaminante del planeta, solo superada por el petróleo (ONU, 2019). Sus impactos abarcan agua, carbono, químicos y plásticos:
🔵 Huella Hídrica: El Agua que No Vemos
- 1 par de jeans = 10,000 litros de agua: equivalente al consumo de una persona durante 10 años (Water Footprint Network).
- 20% de las aguas residuales globales provienen del teñido y tratamiento textil, contaminando ríos en Asia y África con metales pesados (Banco Mundial).
- 2,700 litros se necesitan para una camiseta de algodón: suficiente para que una persona beba durante 2.5 años (WWF).
🌍 Emisiones de Carbono: Más que Aviación y Transporte Marítimo Juntos
- 10% de las emisiones globales de CO₂: supera a vuelos internacionales y barcos de carga combinados (ONU).
- Si continúa esta tendencia, para 2050 la moda consumirá 26% del presupuesto global de carbono (Ellen MacArthur Foundation).
🐠 Microplásticos y Desechos: La Asfixia Silenciosa
- 500,000 toneladas de microplásticos anuales llegan al océano desde fibras sintéticas (poliéster, nailon), el equivalente a 50 mil millones de botellas de plástico (IUCN).
- 85% de los textiles terminan en vertederos o incinerados (EPA), liberando toxinas como dioxinas. Solo el 1% se recicla efectivamente (Fashion for Good).
Tabla Resumen: El Costo Real de tu Armario
| Indicador | Dato Clave | Equivalencia |
|---|---|---|
| Agua por jeans | 10,000 litros | Consumo humano por 10 años |
| Emisiones CO₂ (anual) | 10% del total global | > aviación + transporte marítimo |
| Microplásticos oceánicos | 500,000 toneladas | 50 mil millones de botellas |
| Textiles desechados | 85% del total producido | 1 camión de basura/segundo |
| Prendas no vendidas | 30% de 150 mil millones anuales | 45 mil millones de unidades |
¿Existen Alternativas?
La solución no es simple, pero avanza:
- Economía Circular: Marcas como Patagonia y Eileen Fisher implementan programas de reparación y reventa.
- Tecnología: Adidas usa plástico reciclado en el 60% de sus productos (2022).
- Regulación: Francia prohibió destruir productos no vendidos (2020), impulsando donaciones y reciclaje.
Conclusión: Del «Lujo» al Respeto
La quema de Burberry simboliza una cultura del desperdicio insostenible. Como consumidores, podemos exigir transparencia (#WhoMadeMyClothes) y apoyar marcas con certificaciones como B Corp o Fair Trade. La verdadera elegancia no reside en una etiqueta, sino en la responsabilidad con el planeta y las personas que confeccionan nuestras prendas.
«La moda debe dejar de ser desechable para volverse duradera. El lujo no es tener mucho, sino valorar lo que existe» — Stella McCartney, diseñadora y activista sostenible.
Fuentes: BBC (2018), ONU (2019), Ellen MacArthur Foundation (2017), Water Footprint Network, IUCN, EPA, Fashion for Good.

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