Procrastinar significa posponer o aplazar una tarea o actividad. Según un estudio, más del 20% de los adultos jóvenes son procrastinadores crónicos. Es difícil sacar provecho de algo que va en contra de la productividad y el logro de metas. Sin embargo, algunas estrategias para manejar la procrastinación incluyen:
- Establecer metas específicas y alcanzables
- Establecer plazos para completar tareas
- Descomponer tareas grandes en tareas más pequeñas
- Establecer un sistema de recompensa para cuando se completen tareas
- Eliminar distracciones
- Enfocarse en el beneficio a largo plazo de completar la tarea
Es importante recordar que la procrastinación prolongada puede tener efectos negativos en la salud mental y en la capacidad de cumplir metas a largo plazo. Es importante trabajar para superar la tendencia a posponer tareas y mejorar la productividad.
Aspectos psicológicos y filosóficos ligados a la procrastinación
La procrastinación está profundamente conectada con aspectos psicológicos y filosóficos, ya que afecta cómo tomamos decisiones, gestionamos el tiempo y enfrentamos nuestras responsabilidades. Aquí hay una visión de ambos enfoques:
Aspectos psicológicos
- Autoregulación y control emocional: La procrastinación a menudo surge cuando buscamos evitar emociones negativas, como el miedo al fracaso, la ansiedad o el estrés asociado con una tarea. Este comportamiento refleja una dificultad para gestionar emociones y mantener la autodisciplina.
- Teoría del placer inmediato: Según la teoría del «sesgo temporal», los seres humanos tienden a priorizar recompensas inmediatas sobre beneficios a largo plazo. Esto explica por qué preferimos actividades más gratificantes a corto plazo (como navegar en redes sociales) en lugar de completar tareas importantes.
- Perfeccionismo: Muchas veces, los procrastinadores son perfeccionistas que evitan comenzar o finalizar una tarea por temor a no cumplir con sus altos estándares.
- Autoestima y miedo al fracaso: La procrastinación puede actuar como un mecanismo de defensa. Si no haces la tarea, nunca tendrás que enfrentarte al riesgo de «fallar».
- Procrastinación activa: Algunas personas posponen tareas deliberadamente porque creen que trabajan mejor bajo presión. En este caso, la procrastinación no siempre es «mala» si logra resultados.
Aspectos filosóficos
- Relación con el tiempo: Filósofos como Martin Heidegger han reflexionado sobre la percepción del tiempo y la procrastinación como una forma de evitar confrontar nuestra finitud. Posponer tareas podría ser una manera de escapar de la responsabilidad y la conciencia de la muerte (concepto de ser-para-la-muerte).
- Libre albedrío y elección: Desde una perspectiva existencialista, como la de Jean-Paul Sartre, la procrastinación refleja nuestra libertad para elegir. Al posponer tareas, ejercemos nuestra libertad, aunque
Por qué la procrastinación no siempre es tu enemiga: una defensa de dejar las cosas para después
Durante años, la procrastinación ha sido estigmatizada como el enemigo número uno de la productividad. Libros de autoayuda, gurús del time management y jefes exigentes nos repiten que posponer tareas es sinónimo de pereza o falta de disciplina. Pero, ¿y si en realidad procrastinar no siempre es malo? ¿Y si, en algunos casos, dejar las cosas para después puede ser una estrategia inteligente, e incluso creativa?
1. La procrastinación como incubadora de ideas
El artículo original de Ethic destaca que muchos genios creativos, como Steve Jobs o Frank Lloyd Wright, eran procrastinadores habituales. No se trataba de negligencia, sino de un proceso de incubación: dejar que las ideas maduren en el subconsciente antes de llevarlas a cabo.
La ciencia respalda esto. Un estudio de la Universidad de California demostró que las personas que realizan tareas creativas rinden mejor cuando se distraen brevemente. El cerebro sigue trabajando en segundo plano, reorganizando información y generando conexiones inesperadas.
Ejemplo: Un escritor que pospone el capítulo de su novela puede encontrar, días después, que la solución al bloqueo creativo le llega mientras pasea o cocina. La procrastinación, en este caso, no es evasión, sino parte del proceso.
2. Priorizar lo realmente importante (sin saberlo)
Tim Urban, autor del blog Wait But Why, explica que procrastinar no es no hacer nada, sino hacer otra cosa. A menudo, lo que elegimos hacer en lugar de la tarea pendiente revela nuestras prioridades inconscientes.
Ejemplo: Posponer un informe aburrido para llamar a un amigo puede ser señal de que necesitas conexión humana. O dejar el gym para leer un libro podría indicar que tu mente pide más estímulos intelectuales. La clave está en discernir si estás procrastinando por miedo o porque tu intuición te guía hacia algo más valioso.
3. La presión del deadline: ¿un aliado inesperado?
Algunas personas rinden mejor bajo presión. El psicólogo John Perry, autor de Structured Procrastination, argumenta que posponer tareas menos urgentes puede motivarnos a hacer otras más importantes, solo para evitar la culpa.
Ejemplo: Un estudiante que evade estudiar hasta el último día puede, irónicamente, aprovechar mejor el tiempo concentrado que si hubiera distribuido el trabajo en semanas (y además, evitar el burnout por sobreplanificación).
4. La procrastinación como acto de rebeldía saludable
En una sociedad obsesionada con la hiperproductividad, dejar cosas pendientes puede ser un acto de resistencia. El filósofo alemán Walter Benjamin escribió sobre el valor de «perder tiempo» como forma de reconectar con necesidades auténticas.
Ejemplo: Posponer responder correos para ver una película no es «fracaso», sino un recordatorio de que la vida no es solo una lista de tareas. Como dice el artículo de Ethic, «el ocio también es productivo cuando alimenta el alma».
¿Cuándo la procrastinación sí es un problema?
No todo retraso es virtuoso. Si procrastinas constantemente por ansiedad o autoexigencia, puede ser señal de un problema más profundo (como el síndrome del impostor). La clave está en:
- Diferenciar entre evasión (miedo) y postergación estratégica (creatividad).
- Usar herramientas como el time-blocking para tareas urgentes, pero permitirse flexibilidad en el resto.
Costes y beneficios de procrastinas
La procrastinación tiene varios costos, incluyendo la pérdida de tiempo, estrés, ansiedad y una mayor probabilidad de no completar tareas a tiempo. Quienes tienden a aplazar sus planes continuamente suelen sufrir más estrés e incluso peor salud física. Además, puede afectar negativamente la calidad del trabajo y las relaciones personales. Sin embargo, algunos argumentan que la procrastinación puede tener algunos beneficios, como permitir a las personas pensar en un problema desde diferentes perspectivas y darles tiempo para reflexionar sobre una tarea antes de comenzar a trabajar en ella.
La procrastinación tiene tanto costes como beneficios, dependiendo de cómo y por qué ocurre. Aquí te explico ambos aspectos:
Costes de la procrastinación
- Estrés y ansiedad: Aplazar tareas importantes puede generar preocupación por no cumplir con los plazos o estándares.
- Pérdida de oportunidades: Retrasar decisiones o acciones puede llevar a perder momentos clave, como oportunidades laborales o personales.
- Baja productividad: Las tareas pospuestas tienden a acumularse, dificultando avanzar en proyectos grandes.
- Daño a la reputación: No cumplir con compromisos puede afectar relaciones profesionales y personales.
- Efectos en la salud: El estrés crónico asociado a procrastinar puede impactar la salud física y mental.
Beneficios potenciales de la procrastinación (en ciertas circunstancias)
- Tiempo para reflexionar: Posponer puede permitir procesar ideas o planificar mejor antes de actuar.
- Creatividad: Algunos estudios sugieren que una procrastinación moderada puede estimular ideas más creativas al trabajar bajo presión.
- Priorización natural: Al procrastinar, a menudo se tiende a trabajar en lo más urgente o importante.
- Descanso necesario: A veces, procrastinar indica que necesitas una pausa mental para recargar energías.
Clave: Procrastinación «activa» vs. «pasiva»
- Procrastinación activa: Se posponen tareas deliberadamente para concentrarse en otras prioridades o esperar el momento adecuado.
- Procrastinación pasiva: Surge de evitar tareas por miedo o falta de motivación, y generalmente tiene más costes que beneficios.
En resumen, si bien la procrastinación puede aportar ciertos beneficios en contextos específicos, es crucial identificar cuándo está ayudando y cuándo está perjudicando tu productividad y bienestar.
tabla sobre los costes y beneficios de la procrastinación:
| Aspecto | Costos | Beneficios |
|---|---|---|
| Productividad | – Pérdida de tiempo. – Trabajo de menor calidad por hacerlo de último minuto. | – Puede incentivar la creatividad en situaciones de presión. – A veces permite priorizar tareas importantes. |
| Salud mental | – Incremento del estrés y ansiedad. – Culpa por tareas pendientes. | – Puede ofrecer descanso mental si se aprovecha para desconectar de tareas complejas. |
| Relaciones laborales | – Percepción de poca responsabilidad o compromiso. – Genera conflictos por incumplir plazos. | – Si se comunica bien, puede fomentar la colaboración al delegar o pedir ayuda en tareas. |
| Toma de decisiones | – Decisiones precipitadas debido a la falta de tiempo. | – Permite reflexionar y evitar decisiones impulsivas si el aplazamiento es intencional. |
| Creatividad | – Menor tiempo para explorar ideas y soluciones innovadoras. | – El «tiempo muerto» puede inspirar nuevas perspectivas y enfoques creativos. |
Como gestionar la tendencia a procrastinar
Con las estrategias adecuadas, puedes aprender a gestionar esta tendencia y recuperar el control sobre tu tiempo y tus metas. Aquí te presento algunas estrategias efectivas para vencer la procrastinación:
- Comprende tus Razones: Antes de abordar la procrastinación, es fundamental comprender por qué la practicas. ¿Es por miedo al fracaso, perfeccionismo, falta de motivación o simplemente falta de organización? Identificar las razones subyacentes te ayudará a abordar el problema desde la raíz.
- Establece Metas Claras: Fija metas claras y alcanzables para ti mismo. Divide tus objetivos en tareas más pequeñas y manejables. Esto hará que parezcan menos abrumadores y te resulte más fácil comenzar.
- Crea un Plan de Acción: Una vez que tengas tus metas claras, crea un plan detallado para alcanzarlas. Establece fechas límite realistas para cada tarea y haz un seguimiento de tu progreso. Tener un plan te mantendrá enfocado y te ayudará a evitar la procrastinación.
- Elimina las Distracciones: Identifica las distracciones que te alejan de tus tareas y elimínalas tanto como sea posible. Apaga las notificaciones del teléfono, cierra las pestañas del navegador que no necesitas y crea un ambiente de trabajo tranquilo y libre de distracciones.
- Practica la Autorregulación Emocional: Aprende a manejar tus emociones y pensamientos negativos que puedan estar contribuyendo a tu tendencia a procrastinar. La meditación, la respiración profunda y el pensamiento positivo pueden ayudarte a cultivar una mentalidad más enfocada y resiliente.
- Utiliza la Técnica del Pomodoro: La técnica del Pomodoro es un método de gestión del tiempo que consiste en trabajar en intervalos de tiempo cortos, generalmente de 25 minutos, seguidos de un breve descanso. Esta técnica puede ayudarte a mantenerte concentrado y a combatir la procrastinación.
- Prémiate por el Éxito: Establece recompensas para ti mismo cuando completes tus tareas a tiempo. Esto te dará un incentivo adicional para mantenerte enfocado y motivado.
- Practica el Perdón y la Flexibilidad: Acepta que habrá momentos en los que procrastines, y no te castigues por ello. En lugar de eso, perdónate a ti mismo y vuelve a comprometerte con tus objetivos. La flexibilidad es clave para superar la procrastinación de manera efectiva.
Cómo afecta la gestión efectiva del tiempo
La procrastinación descontrolada tiende a sabotear una gestión del tiempo eficiente, pero si se maneja de forma consciente (procrastinación activa), puede ser aprovechada como una herramienta para priorizar y reflexionar. La clave está en reconocer si la procrastinación está afectando negativamente tus objetivos o si puede ser canalizada para trabajar de manera más estratégica y consciente.
Impactos negativos en la gestión del tiempo
- Desperdicio de tiempo : Posponer tareas lleva a dedicar tiempo a actividades no prioritarias, restando tiempo a lo importante.
- Acumulación de tareas : Las tareas retrasadas se acumulan, generando sobrecarga y sensación de caos, lo que dificulta una planificación eficiente.
- Trabajo apresurado : Dejar tareas para el último momento genera prisas y reduce la calidad del trabajo, afectando el cumplimiento de plazos.
- Desorganización : La procrastinación afecta la capacidad de seguir un plan estructurado, llevando a interrupciones constantes en la rutina.
- Desmotivación : El retraso constante puede generar culpa y ansiedad, dificultando aún más la capacidad de retomar el control del tiempo.
Impactos positivos en ciertos casos
- Priorización natural : Cuando procrastinas, es posible que te concentres en lo realmente urgente o importante, dejando de lado tareas menos prioritarias.
- Creatividad y reflexión : Para tareas que requieren ideas innovadoras, posponerlas puede dar espacio para reflexionar y generar soluciones creativas.
- Descanso estratégico : En algunos casos, procrastinar permite un respiro que ayuda a recargar energías y abordar tareas con mayor eficiencia.
¿Puede la procrastinación mejora la gestión del tiempo?
La procrastinación no es una forma de mejorar la gestión del tiempo. Es más bien el opuesto, ya que posponer tareas o actividades puede causar estrés y puede retrasar el logro de metas. Sin embargo, existen algunas estrategias para manejar la procrastinación que pueden ayudar a mejorar la gestión del tiempo:
- Establecer metas y plazos claros para completar tareas: al tener una idea clara de lo que se quiere lograr y cuándo, es más fácil mantenerse enfocado y evitar posponer tareas.
- Establecer prioridades: identificar qué tareas son más importantes y enfocarse en ellas primero puede ayudar a evitar posponer tareas menos importantes.
- Eliminar distracciones: eliminar las distracciones, como las notificaciones de las redes sociales, puede ayudar a mantenerse enfocado en la tarea en cuestión.
- Aprender a decir «no»: a veces la procrastinación es causada por una sobrecarga de tareas. Aprender a decir «no» a tareas que no son necesarias o a compromisos que no son prioritarios puede ayudar a liberar tiempo para las tareas importantes.
- Hacer una pausa: tomando unos minutos para descansar y relajarse puede ayudar a mantenerse enfocado y a evitar posponer tareas debido al agotamiento.
Recuerda que vencer la procrastinación lleva tiempo y práctica. Sé amable contigo mismo y celebra tus pequeños logros en el camino hacia una mayor productividad y éxito personal. ¡Tú puedes hacerlo!
La Regla de los 5 segundos
La regla de los 5 segundos, popularizada por Mel Robbins, es una técnica simple pero efectiva para vencer la procrastinación y mejorar la toma de decisiones.
Consiste en contar hacia atrás desde 5 hasta 1 y actuar de inmediato, antes de que la mente encuentre excusas para posponer la tarea.
Esta técnica funciona interrumpiendo patrones de pensamiento negativos y la tendencia a postergar.
Al contar hacia atrás y actuar de inmediato, se supera la indecisión y se toma acción.
Es particularmente útil cuando te enfrentas a la indecisión, procrastinación o la necesidad de tomar una decisión rápida1.
Beneficios de aplicar la regla de los 5 segundos
- Reduce la procrastinación
Al actuar rápidamente, evitas que el cerebro busque excusas para no hacer algo. - Aumenta la productividad
Facilita la ejecución de tareas pendientes sin perder tiempo en dudas o distracciones. - Mejora la toma de decisiones
Ayuda a vencer la parálisis por análisis, tomando acción sin sobrepensar. - Fortalece la autodisciplina
Refuerza la capacidad de actuar sin depender de la motivación, desarrollando hábitos más eficientes. - Reduce la ansiedad y el estrés
Evita el estrés de acumular tareas pendientes al abordar las responsabilidades de inmediato. - Aumenta la confianza en uno mismo
Tomar acción rápida genera sensación de control y refuerza la confianza en la capacidad de afrontar desafíos.
Esta técnica es especialmente útil para pequeñas acciones cotidianas, como levantarse temprano, responder correos o empezar una tarea difícil.
Tabla comparativa entre la Regla de los 5 segundos y los efectos de la procrastinación :
| Aspecto | Regla de los 5 segundos | Procrastinación |
|---|---|---|
| Impacto en la productividad | Aumente la productividad al actuar de inmediato. | Disminuye la productividad al posponer tareas. |
| Toma de decisiones | Favorece decisiones rápidas y evita la parálisis por análisis. | Genera indecisión y dudas, retrasando la acción. |
| Manejo del tiempo | Mejora la gestión del tiempo al reducir las distracciones. | Difícil la gestión del tiempo y acumula tareas. |
| Efecto en la motivación | No depende de la motivación, sino de la acción inmediata. | Depende de la motivación, lo que genera inacción si no hay estímulo. |
| Impacto en la autoestima | Refuerza la autoconfianza y la sensación de control. | Puede generar culpa, frustración y baja autoestima. |
| Niveles de estrés | Reduce la ansiedad al eliminar la acumulación de pendientes. | Aumenta el estrés por el efecto bola de nieve de tareas no realizadas. |
| Hábitos y disciplina | Fomenta la autodisciplina y la construcción de hábitos positivos. | Debilita la disciplina y refuerza los patrones de evasión. |

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